7 abr 2011

CUESTIONARIO 16: ANDREA POCHAK - DOMINGO RONDINA

CUESTIONARIO 16 2.O - EPISODIO 5


ANDREA POCHAK - DOMINGO RONDINA




























Desde el principio del Cuestionario 16, ideado por Arvallo y ahora cedido parcialmente a este blog, hemos procurado presentar a un binomio de entrevistados de perfiles diferentes. Creo que esta vez lo hemos logrado. Yo disfruté mucho leyéndolos. Espero que a ustedes le suceda lo mismo. Gracias Andrea y Rondina por contestar con rapidez.



AP es Andrea Pochak; DR es Domingo Rondina.




1. ¿Qué lee habitualmente? (en prensa gráfica y en web, incluyendo diarios y publicaciones periódicas generales o especializadas, de cualquier frecuencia).


AP: Todos los días, al menos tres diarios (en general, La Nación, Página/12 y Clarín); y cada 15 días, alguna revista política. Suelo recibir varias publicaciones periódicas especializadas en derecho internacional de derechos humanos (Revista Sur, de centros de derechos humanos de universidades extranjeras, documentos de la FIDH, de HRW, de Amnesty), pero sólo leo aquellos artículos que me llaman la atención. Procuro mantenerme actualizada en la jurisprudencia de los órganos internacionales e interamericanos de protección de derechos humanos. De derecho penal, lamentablemente, como rutina leo cada vez menos. También algunos blogs como éste, y a veces el de Gargarella.


DR: Diario Uno de Santa Fe los domingos. Diario El Litoral de Santa Fe, los domingos; diario La Nación los viernes. Diario Perfil sábados y domingos. Sigo a No Hay Derecho, a Saber Leyes, a Seminario Gargarella y a algún otro blog. Leo bastante literatura jurídica y mucha no jurídica.



2. ¿Qué profesores, de grado o posgrado, influyeron más en su formación profesional?


AP: En la facultad tres profesoras: Mirna Goransky, Mónica Pinto y Patricia Zifer. Pero como mi formación profesional ha sido más práctica que teórica, agradezco haber trabajado junto a Martín Abregú, Víctor Abramovich, Santiago Felgueras, Alberto Bovino, Paula Litvachky y Diego Morales, entre tantos otros, y haber tenido la oportunidad de conocer y escuchar a juristas importantes y activistas comprometidos, de acá y de afuera, de quienes aprendí mucho.


DR: Norberto Iturralde // Germán Bidart Campos



3. ¿Qué obra teórica fue fundamental para determinar su orientación, o marcó un quiebre en su biografía?


AP: El Quijote de la Mancha.


DR: Elementos de Derecho Constitucional de Carlos Santiago Nino. No fue lo mejor que leí de Nino, ni él resultó lo mejor que haya leído en constitucional. Pero esta obra fue la que me cambió toda la mirada.




4. ¿Cuál fue el trabajo o labor que le deparó —o le depara— mayor felicidad profesional?


AP: Durante mis 15 años en el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) tengo innumerables ejemplos de logros concretos que ayudaron a mejorarle la vida a la gente. Ninguno de ellos hubiera sido posible sin trabajo en equipo. Como ejemplo, junto a otras organizaciones y activistas, conseguimos la nulidad de las leyes de obediencia debida y punto final, y los indultos, y por ende la reactivación del proceso de justicia por los crímenes de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura militar; la reforma de la Corte Suprema de Justicia de la Nación (y en particular, la sanción de los decretos 222 y 588 de 2003, que dieron más legitimidad a los procesos de designación de jueces, fiscales y defensores); la reforma del sistema de justicia militar; la modificación de la ley de solidaridad previsional; la sanción de una de las mejores leyes migratorias del mundo; la despenalización de las calumnias e injurias en casos de interés público; y la reciente sanción de la ley de salud mental, entre muchas otras conquistas fundamentales para la vigencia de los derechos humanos. Entre los cientos de casos en los que trabajé, me enorgullece especialmente haber sido la abogada del periodista Eduardo Kimel, y de Graciela Scavone, mamá de Walter Bulacio ante la Corte Interamericana; de los familiares de las víctimas del atentado a la AMIA agrupados en Memoria Activa; de las juezas de San Luis destituidas por Rodríguez Saa; y de las comunidades indígenas de Salta y Formosa, ante la CIDH; haber defendido a Carmen Lapacó —acusada injustamente por el ex juez y ex integrante de la SIDE, Pablo B. Bruno—, y a Leopoldo Schiffrin en una causa inventada por sus colegas del tribunal.



DR: No estoy seguro. Supongo que uno es feliz cuando no cobra —voluntariamente— porque se da por pagado con la tarea misma. He hecho muchos amparos en esas condiciones.



5. ¿Qué autor o texto de derecho —nacional o extranjero— le ha parecido decepcionante o sobrevalorado?


AP: Muchos, demasiados, como para identificarlos y ganarme nuevos enemigos, siendo todavía tan joven. Prefiero ganarme enemigos en la defensa de verdades más importantes.


DR: Eduardo Menem.



6. ¿Cuál es la persona (actual o histórica) que más admira en el campo del derecho?


AP: Muchísimas. Entre las argentinas, en el campo de los derechos humanos, admiro la lucidez política que tuvo Emilio Mignone; y la lucidez jurídica que tuvo y tiene Leopoldo Schiffrin.


DR: Andrés Gil Domínguez



7. En una mirada global, ¿le parece que el orden jurídico argentino es demasiado restrictivo o demasiado permisivo?


AP: Todavía restrictivo en materia de libertades individuales y permisivo de inequidades sociales, pero vamos bien.



DR: No acepto como válida la formulación bifásica de esta pregunta



8. ¿Qué fallo (o disidencia) le hubiera gustado suscribir?


AP: El voto en disidencia de Jorge Bacqué, cuando la Corte por mayoría falló en junio de 1987 la constitucionalidad de las leyes de obediencia debida y punto final. Alguno de los votos individuales que conformaron la mayoría por la que la Corte en junio de 2005 declaró inconstitucionales y nulas las mismas leyes (posiblemente el de Maqueda o el de Lorenzetti). El voto de Leopoldo Schiffrin, de la Cámara Federal de La Plata, en el caso de la extradición de Schwammberger. De la Corte Interamericana, Velázquez Rodríguez, Barrios Altos, o tantos otros que empezaron a cambiar la historia de impunidad de la región.


DR: —Casi— todas las de FAYT.


9. ¿Qué ley o doctrina vigente en Argentina le gustaría cambiar de inmediato?


AP: Más que leyes o doctrinas, el desafío sería cambiar ciertas culturas o tradiciones bien arraigadas que impactan negativamente en nuestro sistema jurídico, como cultura inquisitiva, la influencia de la religión (sobre todo la católica) en la definición de políticas públicas; y la cultura machista. Entre las metas más realistas, aspiro a que existan mecanismos eficaces de prevención de la tortura, que se deroguen las detenciones policiales por identidad o antecedentes, que la prisión preventiva sea excepcional, que se despenalice el aborto, que la asignación universal por hijo sea realmente universal, que los jueces, fiscales y defensores empiecen a pagar impuesto a las ganancias, que se elimine la idea del “fiscal natural”; que el cargo de Procurador General y de Defensor General sea por plazos determinados; etcétera, etcétera, etcétera.



DR: Implementar el juicio por jurados



10. ¿Sobre qué caso(s), tema(s) o proyecto(s) se encuentra trabajando actualmente?


AP: Actualmente estoy inmersa en un proyecto personal al que le estoy dedicando todas mis energías: sobrevivir a la transición de un trabajo a otro, después de 15 años.



DR: Respeto a la negativa a la transfusión sanguínea


11. ¿Cuál fue la obra artística (disco, teatro, cine) o libro no jurídico (de ficción o no ficción) que más le impactó en los últimos tiempos?


AP: Los mejores libros que leí hasta ahora, los leí hace muchos años: el Quijote, y Crimen y castigo, entre muchos otros.


DR: Camilo José Cela. Todo. Contundentemente. Charly García. Alejandro Dolina.


12. Si tuviera que nominar un juez para la Corte Suprema Argentina, ¿cuál sería su opción?


AP: Víctor Abramovich.


DR: Andrés Gil Domínguez, Roberto Gargarella, Alberto Bovino, Gustavo Arballo, Domingo Rondina.


13. Según lo que sabe y conoce del sistema actual, ¿tiene confianza en la justicia argentina?


AP: No creo que este tipo de preguntas conduzca a ninguna conclusión lógica. Desconfío de las encuestas sobre confianza en las instituciones, porque no me parece que “la justicia argentina” sea un todo que pueda generar confianza o desconfianza. ¿Qué justicia? Nacional, federal, provincial? ¿De qué provincia? ¿De qué fuero? ¿Hablamos de jueces, de fiscales o de defensores? ¿Se incluye a los abogados en la evaluación?


DR: Tampoco acepto la formulación de esta pregunta


14. ¿Qué le hubiera gustado ser o hacer, de no haber estudiado abogacía?


AP: Me hubiera gustado estudiar muchas otras carreras sociales (sociología, ciencias políticas, historia) y aprender a tocar el piano o pintar.


DR: Dios


15. ¿Cuál cree que es la influencia de la teoría jurídica en la práctica?


AP: Siempre me gustó estudiar, pero en los últimos años me volví muy pragmática. Creo que la teoría jurídica que no tiene influencia en la práctica sólo sirve para cultivar egos y rellenar conversaciones en mesas de café; y que sólo merece ser estudiada aquella teoría destinada a modificar la realidad, aunque no lo consiga. Por otra parte, ¡cómo detesto a quienes sostienen ciertas posiciones teóricas en libros y aulas, que contradicen en el ejercicio profesional!


DR: Sin teoría jurídica sólo hay procuradores


16. ¿Qué tiene que tener un jurista?


AP: Sentido común. El resto de los atributos son los que debe tener toda buena persona.


DR: Hambre y sed de justicia. Capacidad de enojarse. Capacidad de reírse. Capacidad de olvidar.




La última parte del "cuestionario" no es una pregunta sino un pedido. Se le pide al encuestado que él mismo nos cuente en prosa y en primera persona, sobre sus mojones educativos (lugar de primaria, secundaria, universidad, año de graduación), profesional (docencia, cargos públicos, cargos privados, función actual) y misceláneos (familia, hobbies, y cualquier etcétera), un poco para saber quién es quién. No hay condicionamientos y copiamos lo que recibimos verbatim.


Andrea Pochak


Soy la segunda de tres hermanos, “la del medio”, hecho que me marcó toda la vida y posiblemente determinó mi autoexigencia, que espero no transmitir a mi hijo, de 4 años.


Soy fruto de la educación pública, primaria, secundaria (Carlos Pellegrini) y universitaria (UBA). Decidí ser abogada en realidad porque quería estudiar Derecho. Siempre me gustó estudiar, y creía que esta carrera sería más exigente que las otras sociales que me interesaban (¡error!). Cuando me recibí, en 1998, con el mejor promedio de la promoción, pensaba seguir estudiando pero ciertas tragedias personales y el placer de trabajar full life fueron demorando los planes. Por entonces me apasionaba la teoría del delito, ya no.


Desde que trabajé como correctora jurídica en Editores del Puerto no puedo dejar de editar cualquier cosa que leo (mis compañeros lo llaman "pochakear"), entre otras cosas porque detesto las faltas de ortografía. Me gusta dar clases, aunque en los últimos tiempos sólo lo hice excepcionalmente. Tengo en mi “debe” escribir más.


Siempre me sentí afortunada de trabajar en el CELS, donde entré como estudiante, ocupé distintos puestos y pasé por diversos temas. Sin dudas, gracias al CELS dejé de ser una simple abogada para convertirme en defensora de derechos humanos.


En estos 15 años conocí gente maravillosa: activistas super comprometidos; víctimas y familiares de víctimas, que no perdieron su capacidad de luchar y mantener la alegría por la vida; y profesionales muy serios y eficientes. También tuve la oportunidad de trabajar en casos o impulsar políticas que implicaron reformas institucionales trascendentales, pero sin perder el contacto con la gente y sentir sus sufrimientos. Hace unos meses decidí dejar el cargo de directora adjunta del CELS, para trabajar en el Instituto de Políticas Públicas en Derechos Humanos del MERCOSUR y hacer un doctorado.




Domingo Rondina


Me llamo DOMINGO RONDINA, nací en Santa Fe en el año 1974. Fui a dos primarias distintas, ambas públicas y de barrio. Fui a la secundaria en el colegio nacional de santa fe. Cursé la universidad en derecho de la unl, y algunos años de letras en la misma unl. Me recibí de abogado en 1999 con 24 años. Di clases de derecho constitucional desde 1996 hasta 2003 en distintos cargos obtenidos siempre por concurso, hasta que renuncié. Fui abogado de la fiscalía de estado de la provincia de santa fe por dos años, sobre mi graduación. Soy abogado liberal desde 2000 hasta la fecha. Tengo familia, tengo aficiones, y tengo etcéteras, pero nada que deba destacarse. Soy feliz cuando lleno cuestionarios absurdos a pedido de amigos que me dejan decir lo que se me ocurre. Gracias.




4 comentarios:

Pablo dijo...

Excelente!

Gran Corte la de @DR

Anónimo dijo...

Andrea:

¿Qué fue lo que te marcó tanto del Quijote?

Saludos,

L.G.

Alberto Bovino dijo...

Andreu:

Mortal lo de "pochackear" ¡Al fin trascendió del CELS!

Buenísima la entrevista.

Alberto Bovino dijo...

Rondina, insano, ¿me querés explicar cuál fue tu citerio para seleccionar minisros?

AB