8 ene 2011

LOS FUMADORES PASIVOS (ES DECIR, QUIENES NO FUMAN)

Del Ensayo "El hábito de fumar y su relación con la salud"

De Gustavo Chiozza, octubre de 2010, inédito






Fumar mata; incluso… sin fumar:


El tema del fumador pasivo ha adquirido, en nuestros días, una importancia incluso mayor que los “temibles” perjuicios del hábito de fumar; ya es hora de que nos ocupemos de él. Como hicimos antes, empecemos por recoger, como un reflejo de lo que piensa el consenso, la información que más fácilmente se pone a disposición del lector interesado.



Mica y Chechu transcriben en su ya citado blog un artículo publicado en el suplemento de salud del diario La Voz del Interior en el cual el periodista Manuel Nogales Mendoza, afirma que:



«El humo que exhala el fumador y el que genera el cigarrillo cuando se quema contiene más de 4.500 sustancias de las cuales más de 40 son reconocidas causantes del cáncer en los seres humanos o animales. […] Se estima que una persona que respira el humo presente en un ambiente con fumadores recibe el daño equivalente a fumar un cigarrillo por hora. La Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (EPA) clasificó el humo de segunda mano como reconocido causante del cáncer al pulmón en los seres humanos. (carcinógeno del Grupo A). Esa agencia calcula que en Estados Unidos, el fumar de forma pasiva provoca anualmente aproximadamente tres mil muertes de cáncer en personas que no fuman. Una persona que este casada con un fumador tiene un 30 por ciento más de riesgo de desarrollar cáncer de pulmón, que una persona que viva con un no fumador.»



Ahora que ya tenemos más claro qué tipo de conclusiones se pueden extraer de un estudio estadístio –y cuales, no­– y el tipo de dificultad que supone demostrar, a ciencia cierta, una relación causal, nos resulta más fácil ver hasta dónde llega la ciencia y dónde empieza la religión.



¿Cómo un concepto tan ambiguo como “humo presente en un ambiente con fumadores”, que no especifíca las dimensiones del ambiente, ni la cantidad de fumadores presentes, ni cuánto fuma cada uno de ellos, puede derivar en una cifra tan exacta como “el daño equivalente a fumar un cigarrillo por hora”? ¿Es que acaso se puede estimar el daño producido por fumar un solo cigarrillo?



Y si pudiéramos estimar el daño que a un fumador le provoca fumar –cosa nada sencilla– ¿cómo saber qué proporción de ese daño en su persona propia corresponde al fumar activo y qué proporción corresponde al fumar pasivo? Al parecer nadie ha reparado en el hecho de que todo fumador activo es a la vez un fumador pasivo, las 24 horas del día.



Si a partir de los mismos datos aportados por el blog, habíamos calculado que a un fumador de 40 cigarrillos diarios, que además es fumador pasivo 24 horas por día, 7 días a la semana, le toma 54 años acortar su vida en 9 años ¿cuánto se puede perjudicar un fumador pasivo que trabaja en un ambiente con fumadores, digamos, 8 horas diarias, 5 días a la semana? Y aún suponiendo que esos daños fueran tan nocivos, cosa que no acierto a comprender, un simple extractor ¿no sería suficiente para evitarlos?



Como vimos, los investigadores basaron la idea de que fumar se relacionaba con el cáncer de pulmón porque, según observaron, la proporción de casos de cáncer de pulmón aumentaba proporcionalmente aumentaba la población de fumadores; pero si resulta que el aumento de fumadores activos supone un aumento de fumadores pasivos, lo cual, a su vez, supone, un aumento en los casos de cáncer de pulmón en los no fumadores (activos), entonces la relación fumador activo-cáncer de pulmón no podría ser proporcional. En otras palabras, si el cáncer de pulmón aumenta en fumadores y no fumadores; ¿por qué pensar que hay una relación entre cáncer de pulmón y hábito de fumar? ¿No deberíamos buscar alguna otra causa?; ¿preguntarnos, por ejemplo, si en esa misma época no aumentó la polución ambiental por el incremento de automóviles?



De dónde pudo surgir una idea tan desatinada sino de los intereses afectivos que estaban en juego. Al parecer, una vez planteada la lucha, lo que importaba era ganar:



«Para los científicos y para los abogados este descubrimiento fue como la fiebre del oro. Desde el punto de vista de los picapleitos, era un sueño hecho realidad, porque si el tabaco podía matar a cualquiera, aunque no fumase, todas las víctimas necesitaría un abogado y podrían reclamar indemnizaciones millonarias. Para los científicos, suponía superar los inconvenientes del modelo que presentaba al adicto como a una víctima. Si los fumadores estaban dañando a los no fumadores, habría que ingresarlos y tratarlos de inmediato.

»Y así nació el tema del fumador pasivo. Se le llamó Environmental Tobacco Smoke [Humo de Tabaco en el Ambiente] o ETS.» (Gately, págs., 317-18).



Según relata el autor, la idea de que el humo podía ser dañino para los que no fumaban se remonta al año 1963 cuando, en un trabajo, fue acuñado el término “fumador pasivo”. Esta idea fue retomada en 1972 por la Dirección General de Salud Pública de Estados Unidos y presentada ante la OMS en 1975, más como una declaración de intenciones que como una evidencia científica, con estas palabras:



«Debemos convencer a la población de que los fumadores activos perjudican la salud de los que los rodean, en especial a su familia y a los niños y bebés» (Ibíd.)



Ahora se necesitaba un estudio que le diera a este argumento sustento y credibilidad. En el año 1981 el doctor Hirayama logró demostroar la teoría del fumador pasivo o ETS y su estudio se publicó en el British Medical Journal. Según Gately:


«A partir de este estudio, científicos de todo el mundo se lanzaron a pedir becas de investigacion para determinar qué otras enfermedades podían achacarse al tabaquismo involuntario» (Ibíd., pág., 318).



De modo que gracias a la investigación de Hirayama, hoy en día se fabrican más carteles con la leyenda “prohibido fumar” que los que indican la salida de emergencia. El fumador ya no puede alegar que es libre de elegir fumar a sabiendas de los perjuicios autoinfligidos; ahora estamos más cerca que nunca de la Ley Seca para el tabaco. Gately nos relata los pormenores de esa investigación; vale la pena conocerlos. Veamos a la Ciencia trabajar; veámos como los semidioses de nuestra cultura graban las piedras de la Ley de nuestro Moderno Testamento. Cito:


«Los hábitos de los fumadores japoneses resultaban ideales para esta investigación, ya que el 65 por ciento de los varones fumaba, mientras que entre las mujeres la proporción de fumadoras no llegaba al 10 por ciento. El único problema técnico que encontraron los investigadores [¡Oh, sorpresa!] es que pocos japoneses –de uno u otro sexo– morían de cáncer de pulmón» (Ibid., pág., 318).

9 comentarios:

fahirsch dijo...

Como persona que no ha fumado en por lo menos 45 años (y que el total de cigarrillos que fumó en los 20 primeros no llenan un atado) le aseguro que estar un rato en un ambiente de fumadores impregna la ropa con el olor al cigarrillo, totalmente perceptible al sacarme la ropa en mi casa (libre de humo de cigarrillo).
Y el daño del cigarrillo no se limita al cáncer de pulmón. tiene relación con otras enfermedades. Y el humo también daña las cosas.
Los fumadores tienen derecho a fumar… en escafandra.(Ya se, lo dije antes)

Alberto Bovino dijo...

Estimado F.:

LO que el autor intenta señalar es que los estudios y las falsedades que se repiten hasta el hartazgo no son confiables.

AL menos concedenos eso. Y un diagnóstico confiable es la base fáctica sobre la que realizaremos nuestro diagnóstico.

Saludos,

AB

La causa Glasman dijo...

El autor desconoce la literatura cientifica del tema y el procedimiento cientifico. Usa juegos de palabras y entrecomillados que pretenden deconstrir las conclusiones de Los estudios sin haberlos leido o entender la logica cientifica. La gente expuesta al humo del cigarrillo tiene mas problemas de salud que la menos expuesta, y esto se da independientemente de la polucion ambiental. Del mismo modo, el autor del post mas reciente, usa argumentos egocentricos mas que cientificos para negar el effecto del humo del cigarrillo, y el hambre en India.

Alberto Bovino dijo...

Puede ser, pero tus argumenos no me han demostrado que las afirmaciones que los no fumadores repiten como un dogma sean ciertos.

Y no creo que la crítica a la afirmación de Nogales sobre la imprecisión de eso de que 'equivale a fumarse un cigarrilo por hora sea incorrecta.

Saludos,

AB

La causa Glasman dijo...

Los argumentos no demuestran nada, tampoco lo que uno crea. Son Los estudios, en conjunto, Los que apoyan a una afirmacion cientifica. Los estudios estan obligados a definir las condiciones de fumar pasivo tanto como definen fumar en número de puchos al dia o la semana. Estiman exposicion en cantidad, tiempo, etc. La literatura de difusion no cientifica obvia estos detalles para crear impacto o hacerlo mas comprensible o concreto para distintas audiencias. No es cierto que se considere fumadores pAsivos a todos Los no fumadores. Los no fumadores pueden ser dogmaticos o no, tanto como los fumadores.

Alberto Bovino dijo...

Eso lo entiendo, pero la literatura de diusión, como la llamas, ¿incluye la advertencia FUMAR MATA que los estadounidenses obligan u obligaban a poner en los atados de cigarrillos?

¿Qué tiene eso de científico? Si por estudios cinetífico fuera, ¿cuántos productos podrían llevar la misma advertencia?

Saludos,

AB

CG: ¿por qué no te escribís un buen post disparador del debate, distinguiendo los diversos problemas que los fumadores generamos?

La causa Glasman dijo...

Muchos poductos, aunque la mayoria van acompaniados de una advertencia que es condicion necesaria para que se de el evento indeseable o no (e.g., tomar con moderacion, no conducir borracho o enviando mensajes de texto). Obviar los pasos intermedios entre una conducta y las posibles consequencias es una estrategia de marketing, no cientifica. POr ejemplo, recuerdo un aviso de una pareja teniendo sexo sin proteccion y uno apuntando a la cabeza del otro con un revolver. El mensaje seria el mismo "tener sexo sin proteccion mata."

No creo que los fumadores sean el problema; estoy a favor de los fumadores, y por eso creo que las ditintas formas de influencia social, ambiental y quimica que llevan a fumar compulsivamente deben ser controladas. Si me da el tiempo escribo algo sobre el tema.

Alberto Bovino dijo...

El hecho de que en esta discusión la definamos como una estrategia de marketing no justifica que el Estado no solo desinforme, sino que imponga a las tabacaleras el deber de desinformar a su costo y en su oerjuicio. Esas campañas las debe hacer el Estado.

Si seguimos con los deberes de expresión perderemos media vida para leer advertencias que, "por estrategias de marketing", son falsas. En el caso del ejemplo que ponés, está claro que el discurso se realiza en sentido figurado. EN el caso del "Fumar mata·" no.

Sería buenísimo que escribas un buen post sobre el tema para disparar el debate (¡Ja, ahora vas a empezar a cobrar vos!).

Saludos,

AB

Anónimo dijo...

BIEN, BIEN,SOY FUMADOR Y NO CONDUCTOR, ¿QUIEN ME SALVA DEL HUMO CANCERIGENO DE LOS AUTOS QUE SON MAS NOCIVOS QUE EL DE LOS CIGARRILLOS?