25 oct 2008

DE LA VERDADERA NO HAY DERECHO


¿ABOLIR LA PENA? LA PARADOJA DEL SISTEMA PENAL

Introducción a la edición italiana de "Los límites del dolor", de Nils Christie

Por Massimo Pavarini

Traducción de Christian Courtis

Presentar al público italiano el libro de Nils Christie impone extrema prudencia. Y por algunas razones válidas.

En primer lugar, "Los límites del dolor" es en realidad la expresión de un movimiento de ideas y de voluntad política de algún modo referible a un grupo más que a la sola inteligencia y originalidad del autor. Y por lo que me consta, las posiciones de este movimiento no son aún conocidas en Italia, con la sola excepción de los restringidos cenáculos de adeptos a sus trabajos.

En segundo lugar, porque aquellos que se reconocen en posiciones similares a las expresadas en este volumen prefieren expresarse a través de formas de proselitismo oral o en la práctica de la militancia política que hacerlo a través de la producción científica. Hablan y actúan mucho más de lo que escriben. Y, desafortunadamente para el público italiano, las realidades y los contenido nacional es en los cuales este movimiento opera (Holanda y los países escandinavos) son lejanos y no fácilmente "traducibles" en la experiencia política y cultural de nuestro país. Aun en la hipótesis, como la presente, en la cual algunos militantes emplean para expresarse la forma escrita, su audience es de todos modos reducida, sea por el uso de idiomas de difícil comprensión para el lector del área Latina, sea por una reducidísima obra de traducción en lengua italiana.

Y finalmente porque, en particular, "Los límites del dolor" ha sido consabidamente pensado como obra polémica, como momento de sensibilización político-cultural partiendo de posiciones de "indignación moral", antes que de necesidad de reflexión científica.

Presenta problemas, sugiere soluciones, aunque no sobre una rigurosa base científica.

Solo por estos motivos el libro de Nils Christie se presta a fáciles equívocos y a peligrosos malentendidos. No faltará quien lo exalte como un "evangelio" ni quien por el contrario lo desprecie como una obra demencial. Difícilmente el público de los no adeptos a los trabajos abolicionistas logrará leer tanto serena como críticamente "Los límites del dolor".

Es entonces necesario explicitar con claridad el trasfondo político-cultural en el cual se genera este volumen. Y a este fin me dedicaré en la presente introducción, valiéndome tanto de ser alguien que se ocupa profesionalmente de estos problemas, como, por sobre todo, de la circunstancia subjetiva de frecuentar intensamente desde hace algunos años, no solo de el punto de vista científico sino también por sincera amistad, a algunos de los personajes de mayor relevancia que militan en este movimiento.

Un primer equívoco a disipar se refiere al empleo mismo del término "abolicionismo" y/o "movimiento/s abolicionista/s".

Correctamente, por "abolicionismo" deben entenderse posiciones distintas; de hecho, en el contexto del debate penal-criminológico de los últimos años con esta denominación se termina por indicar por el contrario algo inequívoco y preciso.

Creo que el término "abolicionismo" ha sido -en el sector de la ciencia penal- usado originariamente para indicar las posiciones político-culturales y los movimientos contra la pena de muerte y el uso procesal de la tortura; más recientemente, para definir las posiciones de crítica a la pena perpetua del ergastulum, o bien a la pena privativa de libertad (en el contexto italiano, este término es incluso correctamente utilizado en el caso del movimiento de psiquiatría crítica contra el uso del secuestro manicomial frente a los problemas de salud mental).

El texto completo aquí

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